LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE ORAL

Madre leyendo libro a un bebé
Imagen de Pixabay by 2081671

En esta entrada me voy a alejar un poco de la fantasía para aterrizar en la dura realidad de la escasa estimulación del lenguaje que está teniendo la mayoría de la infancia en la actualidad. En realidad, para ser justo, debería haber dicho una gran parte de la infancia; y es que una vez más nos encontramos ante un mundo de dos velocidades. Por un lado familias súper implicadas que leen manuales, buscan consejo y tratan de impulsar al máximo el desarrollo de sus hijos; por otro lado familias que han delegado en una pantalla la enseñanza del lenguaje y que no son conscientes del grave perjuicio que están ocasionando al desarrollo de sus hijos.

Por desgracia, esa brecha que se abre ya en los primeros años de vida, se va ensanchando cada vez más con el paso del tiempo. La explicación es muy sencilla y se encuentra en el funcionamiento de nuestro cerebro a la hora de adquirir nuevos aprendizajes. Todo nuevo conocimiento se tiene que anclar a conocimientos previos que ya tengas adquiridos, por eso te cuesta menos aprender sobre materias que ya tienes bastantes conocimientos y te exige un gran esfuerzo enfrentarte a una materia sobre la que no tienes ningún conocimiento previo. En este caso necesitarás tirar de analogías y comparaciones hasta que consigas anclar los primeros conocimientos sobre tu nueva materia de estudio.

¿CÓMO APRENDEMOS?

Portada del libro ¿Cómo aprendemos? de Héctor Ruíz
Editorial GRAO

Los mecanismos del cerebro para aprender son muy interesantes, pero como no son el tema de esta entrada no voy a profundizar más. Si te has quedado con ganas te recomiendo el libro de Héctor Ruiz: Cómo aprende nuestro cerebro. También puedes escuchar a este magnífico divulgador en estos enlaces de youtube.

 

 

Quizás más adelante y si me lo pedís pueda hacer una entrada futura con las ideas más relevantes sobre la manera de aprender del cerebro humano.

Imagen de Pixabay by Geralt

Para el tema del lenguaje es importante que te quedes con la idea de que los nuevos aprendizajes se conectan con los previos. Si tienes esta idea clara te costará poco entender el siguiente ejemplo de dos situaciones contrapuestas que vamos a personalizar en Laura y Manuel, dos bebés que acaban de nacer y que no tienen ninguna dificultad de aprendizaje. Tienen dos cerebros muy parecidos y con la capacidad de aprender intacta.

La diferencia está en que a Laura le hablan, le explican las cosas que hacen al vestirla, al cocinar, al ir por la calle, le leen cuentos, le cantan canciones, pasean por la calle, la llevan a conciertos y teatros y juegan con ella. En cualquiera de estas actividades siempre está la voz adulta poniendo palabras a lo que ocurre alrededor de Laura. Mientras tanto, a Manuel le cuidan con cariño, lo llevan a la calle y al parque y juegan con él en casa, pero tan apenas hay comunicación lingüística en todas esas interacciones.

Tres años después Manuel y Laura llegan al colegio y Laura es capaz de expresar sus necesidades, de contar sus experiencias y de construir nuevos aprendizajes rápidamente ya que tiene una amplia red de conocimientos previos que le va a permitir hacer múltiples conexiones con los nuevos aprendizajes. Manuel no cuenta con esa red amplia. No puede conectar los nuevos conceptos ya que apenas tiene conocimientos previos a los que anclarlos.

Manuel y Laura siguen creciendo y llega el momento de aprender a leer y escribir. Como te puedes imaginar a Laura le costará poco tiempo y esfuerzo. Su lenguaje oral es rico y eso le ayudará enormemente a adquirir la lectoescritura. Manuel tendrá que invertir mucho más esfuerzo y acumular gran cantidad de frustración para iniciarse en la lectoescritura y además cometerá muchos más errores y tendrá peor comprensión lectora.

La diferencia entre Laura y Manuel es cada vez más grande, este concepto se conoce como el efecto Lázaro que se resume en la idea de que cuánto más tienes más fácil te resulta conseguir más. Esto es igual de válido para el dinero, el poder, las relaciones sociales, la forma física o lo que nos interesa en este caso: la adquisición de conocimientos. Laura cada vez irá teniendo más conocimientos y por lo tanto podrá hacer más conexiones de nuevos conocimientos que le servirán para adquirir futuros aprendizajes.

Esta situación genera un problema añadido. Laura tiene éxito en sus aprendizajes y nada motiva más a nuestro cerebro que el éxito. Por eso se enfrenta a los nuevos retos con motivación e interés y va forjando una buena autoestima. ¿Te imaginas cómo se enfrenta Manuel a cada nuevo aprendizaje? Has adivinado: desmotivado, frustrado con la autoestima por los suelos y sintiendo que va a fracasar antes de intentarlo siquiera.

Por no cebarme más con el pobre Manuel voy a dejar aquí la evolución escolar de esta pareja. Lógicamente aquí he simplificado mucho la situación, pero es algo que vemos cada día más en los colegios y que está provocando graves dificultades de aprendizaje en cerebros que funcionan correctamente y que lo único que necesitan es crear una red amplia de conocimientos previos sobre la que construir los nuevos aprendizajes.

Esquema de la evolución del aprendizaje en dos niños con cerebros similares
Imagen de Pixabay by Jills.

Tampoco quiero culpar de todo a las familias, el sistema educativo tampoco está siendo capaz de dar la mejor respuesta a estas situaciones. Manuel y Laura pueden coincidir en la misma clase y tienen muchas posibilidades de que les pidan hacer las mismas actividades para alcanzar los mismos aprendizajes. Es probable que Laura se aburra como una ostra porque no tiene retos y que Manuel se aburra como una piedra y además se frustre porque está totalmente desconectado de los aprendizajes que le exigen. Como no me quiero desviar del tema de la entrada, dejemos el mal funcionamiento del sistema educativo para otro día.

Creo que estaremos de acuerdo en que todos preferimos la situación de Laura y, si nos fijamos bien, la diferencia al principio ha estado en la exposición al lenguaje oral y en la vivencia de mayor cantidad de experiencias vitales. Laura no ha sido bombardeada con música clásica confiando en el efecto Mozart ni ha participado en un programa experimental de bilingüismo con seis meses, ni siquiera han tenido que seguir los sabios consejos de una influencer cualquiera recomendando la compra de un programa infalible para la estimulación precoz. No, Laura solo ha necesitado que le hablen, que le canten y que le lean cuentos; que cuando paseaba en su carrito por la calle le fueran diciendo los nombres de las cosas que veía en lugar de instalarle en el carrito un brazo que sujeta el móvil enfrente de su cara para que vaya entretenida viendo a Peppa Pig (sin ninguna acritud hacia esta entrañable cerdita que no tiene la culpa de nada). Tampoco ha necesitado que la apunten a una extraescolar de robótica en inglés con un año porque han oído a un youtuber decir que es fundamental para su futuro.

Nada de eso es necesario, lo único que hace falta es un poco de sentido común. Hagamos un breve repaso de la gran cantidad de acciones que se pueden hacer en familia a la vez que disfrutamos de la crianza.

Hablar y escuchar

Imagen de Pixabay by Alex_em

Cualquier acción rutinaria que hagamos delante de nuestra criatura la vamos a narrar en voz alta diciendo las partes del cuerpo que movilizamos, los objetos que utilizamos, las acciones que realizamos, las emociones que sentimos, los colores, texturas, olores, sabores… Tenemos que poner cuidado en decir las frases completas, no estamos creando un diccionario si no sirviendo de ejemplo comunicativo, por eso tenemos que expresarnos correctamente, sin usar onomatopeyas en lugar de la palabra adecuada.

Ejemplo típico: nos cruzamos con un perro y decimos: “Un guau, guau” y seguimos andando olvidándonos del pobre perro. Oportunidad perdida, habría sido mucho mejor algo así: “¡Oh, qué perro más simpático! Parece muy contento ¿verdad? ¿Y cómo hacen los perros?” acabamos ladrando bebé y adulto.

En el segundo caso ha habido intención comunicativa, construcción correcta de las frases e incluso oportunidad de que participe en la conversación, ya que le hemos hecho preguntas y le hemos dado tiempo para que conteste y hasta ladre. Tampoco hace falta caer en la locura y crear pseudoconversaciones cada vez que nos crucemos con algo diferente (cada trayecto por la calle nos llevaría siete horas y correríamos el riesgo de acabar mal de la cabeza), pero sí que tenemos que comunicarnos con normalidad y aprovechar las situaciones diarias para fomentar la comunicación y el lenguaje.

Contar cuentos

Madre leyendo a su bebé.
Imagen de Pixabay by 2081671

Lo podemos hacer de muchas formas distintas, recurrir a cuentos que ya sabemos hasta que se duerma, leerle con el libro delante utilizando los dibujos para irle señalando los personajes y objetos que van apareciendo en la lectura, dramatizarlos con voces, marionetas, disfraces…

 

Por supuesto, aprovechar cualquier cuentacuentos que se haga en la biblioteca, centro cívico o en la calle para que escuche y vea otros cuentos diferentes contados de forma profesional.

Canciones infantiles

Rostro de un bebé con una partitura detrás.
Imagen de Pixabay by Alexas_fotos

Además de las canciones de toda la vida y que, por desgracia, se están perdiendo por falta de uso hay un montón de grupos musicales más allá de Cantajuegos que harán las delicias del público infantil y adulto: Titiriteros de Binefar, Raspa de gato, Billy Boom Band, Petit Pop… La fuerza de las canciones está en la repetición, se las aprenden, las tratan de cantar, hacen los gestos y asocian cada palabra a un movimiento diferente. Puede que tengas que escuchar la misma canción trescientas cuarenta y tres veces al día, pero es un pequeño sacrificio para mejorar el lenguaje y mucho más barato que la extraescolar de chino.

Teatro

Dos niños disfrazados
Imagen de Pixabay by Vika_Glitter

Tenemos la opción de crear pequeños teatrillos en casa, ya sean inventados o basados en sus cuentos favoritos, suele haber gran oferta de teatros infantiles a precios muy asequibles o incluso gratis. Por supuesto tendremos que explicarle lo que ocurre en el escenario y hablar sobre la historia que hayamos visto una vez finalizada. Recordar qué personajes salían, cómo iban vestidos, cuál le ha gustado más, si alguno le ha dado miedo, tristeza, alegría…

Juegos

Bloque de construcción de madera.
Imagen de Pixabay by Carola 68

Por supuesto hay que intentar usar todo lo que podamos los juegos motrices al aire libre en los que tenemos que procurar incluir el máximo de situaciones comunicativas. También hay una infinidad de oferta de juegos para usar en casa que son una maravilla y que simplemente jugar va a ser una buena experiencia, pero si además jugamos de forma conjunta y vamos hablando de lo qué hacemos, cómo nos sentimos… su efecto va a ser doble. De menor a mayor efecto positivo cuento tres ejemplos diferentes en una misma situación: un juego de construcción. Caso 1: el niño o la niña construyen una torre bajo la supervisión de un adulto que solo interviene cuando hay riesgo para la criatura. Caso 2: el adulto y el peque hacen la construcción juntos y disfrutan de la mutua compañía. Caso 3: igual que la anterior pero el adulto va contando todo lo que hace y le hace preguntas e interpreta sus ruidos como respuestas, reinventando continuamente un diálogo disparatado.

Juegos de lenguaje

Familia haciendo pompas en la hierba
Imagen de Pixabay by ua_Bob_Dmyt_ua

Retahílas, adivinanzas, refranes, poesías y otros  juegos de lenguaje. Aprovechemos estas sencillas pero maravillosas formas de jugar con las palabras. Existen en nuestra cultura cientos de sencillas frases musicales y juegos de palabras que podemos utilizar para estimular el lenguaje. Enseñemos a nuestra infancia estas pequeñas maravillas que se han ido pasando de generación en generación y que estamos dejando perder. Muchas de ellas tienen asociados gestos y a la vez que el lenguaje ayudaremos a desarrollar la motricidad fina.

Espero que esta primera entrada al margen de la literatura fantástica te haya resultado interesante. Si has llegado hasta aquí imagino que así habrá sido. Hazme saber en comentarios si te gustaría leer más entradas de este estilo. También me encantaría que crearamos una lista con canciones, retahílas, cuentos… que te contaban en tu infancia y que piensas guardar para mantener la tradición oral de tu familia. Te leo en comentarios.

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